Gigantes tecnológicos: ‘mucho ganamos, poco pagamos’
Hacienda se ha lanzado a la caza de gigantes tecnológicos y redes sociales que aprovechan la globalidad de sus operaciones para eludir el pago de impuestos
Que algunas empresas tengan subsidiarias de papel en paraísos fiscales para pagar pocos o ningún impuesto no es nada nuevo, pero que gigantes de Internet y tecnología como Google, Facebook, Microsoft, Apple o Amazon digan que ganan poco y por tanto, paguen cantidades simbólicas al fisco o incluso obtengan devoluciones de Hacienda, parece cuanto menos surrealista.
Si a las empresas del mundo real que tributan en España se les ha aumentado la fiscalidad y a los ciudadanos españoles se les imponen grandes sacrificios para cuadrar las cuentas públicas ¿por qué no deben pagar también multinacionales tecnológicas que operan en el mundo virtual como Google, Facebook, Microsoft o Amazon por los beneficios generados en nuestro país? Parece de sentido común, pero la realidad es muy diferente.
Se estima que el Estado español deja de percibir cerca de 1.000 millones de euros por la habilidad de gigantes de la tecnología, las ventas online y redes sociales de declarar en España los gastos y las pérdidas de sus operaciones y aprovechar cuanto crédito fiscal puedan pillar, mientras trasladan la facturación y los beneficios a países donde se pagan menos impuestos (Irlanda, Luxemburgo, Holanda, entre otros).
No obstante, por mucho que nos parezca poco ético que los impuestos se “cuelen” a través de estructuras fiscales agresivas, estas multinacionales no hacen más que aprovechar los agujeros negros en la legislación. Poco ético, podría ser, pero perfectamente legal (algunos lo llaman economía de opción), ya que la mayoría de las multinacionales suelen establecer la residencia fiscal y operativa en aquellos territorios que les permiten reducir costes.
Esto lleva a una segunda reflexión: en el caso de empresas que operan exclusivamente a través de la red, ¿cómo se puede ubicar físicamente los servicios que prestan? ¿Cómo se puede saber si la factura de la subsidiaria de Holanda o Irlanda en realidad procede de España? En el caso de empresas que operan a través de Internet, resulta muy difícil ubicar físicamente los servicios prestados.
Son asuntos que se plantean por la propia globalidad de Internet y todo parece indicar que la legislación en Europa no se ha movido tan rápido como el mundo de las nuevas tecnologías, algo a lo que ya quieren poner coto los países del G-20. En Reino Unido, por ejemplo, vimos cómo los directivos de Amazon, Google y Starbucks se sentaron en el banquillo para explicar por qué pagan sumas ínfimas de impuestos. Sus respuestas fueron cuanto menos, anecdóticas, eso sí, siempre dentro de la legalidad.
Veamos cómo reducen el pago de impuestos en “Google, Apple, Amazon, Microsoft: ¿se les acabara el chollo?”
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